Por: Gilberto Sandoval
IG: @gilberto_sandoval
Esto sucedió una mañana en el centro de la ciudad de Puebla. Recuerdo que iba caminando solo, muy pensante y escuchando un poco de música, trataba de hacer tiempo porque tenía una cita con un chica y no sabía qué hacer. Decidí darme una vuelta por las tiendas que estaban en el mismo centro.
Después de un rato de estar viendo ropa y electrónica, decidí meterme a una tienda de tenis y observar (todos los tenis eran hermosos) cuando de repente al fondo veo un área con modelos muy bonitos y con una forma rara, me llamaron mucho la atención; Eran los Air Max 90. Me acerqué y mientras más los veía, más me gustaban.
De inmediato le pregunté al encargado de la tienda el costo de los tenis y me dijo una cifra muy alta, aún así, no me dejaron de gustar. Yo me había fijado en unos Air Max 90 White/Black, me gustaron tanto que tuve que tomarles foto por lo bien que se veían, lamentablemente no llevaba dinero suficiente para comprarlos.
Cuando salí de la tienda me fije en el reloj y vi que ya había pasado una hora dentro de la tienda de tenis, de inmediato le marque a la chica con la que había quedado salir y fuimos al cine. No podía dejar de pensar en lo hermosos que estaban los tenis.
Cuando llegué a mi casa tuve que contarles a mis padres sobre los tenis y enseñarles las fotos. Mi padre me dijo que el tuvo unos y me sentí mal porque yo tambien los queria. Mi padre me dijo que comenzara a ahorrar, le conteste que eso iba a hacer con tal de tener esos tenis.
Estuve más de un mes ahorrando y tratando de gastar lo menos posible para meterle una buena cantidad al día a la alcancía, hasta que me decidí a abrirla y vi que solo tenia un 60% del costo de los tenis, me acuerdo moría del enojo ya que fueron muchos los sacrificios que hice por esos tenis. A los pocos minutos mi padre llega y me dice: «Hijo, me asombra y me da gusto el entusiasmo y las ganas que le estás echando para esos tenis que tanto quieres , veo que se te dificulta.» (Mi padre me pregunta) «¿Cuánto dinero te hace falta para tus tenis?»
A lo que respondí: «el 40% de su costo»
Mi padre agarra su cartera, saca el dinero para acompletar para mis tenis y me dice: «Ten hijo, ve a comprártelos. Solo recuerda una cosa, jamas dejes de luchar por tus sueños y todo lo que creas que es imposible jamas dejes de intentarlo.»
Yo, demasiado feliz, fui a comprar los tenis y cuando me los probé y me los puse me sentí muy bien; sentía que caminaba en las nubes. Me acuerdo que eran muy cómodos y demasiado bonitos.
Me fui a pagarlos y todo el dia estuve con ellos puestos, no sabía lo bien que se sentía usarlos y lo cómodos que eran.
Este es uno de los recuerdos mas bonitos que tengo con mi papá y creo que en cierto modo me ayudó a ser más responsable con mis ahorros y me enseñó a ver lo fácil y bonito que es conseguir uno de tus sueños. Desde ese día comencé a ver a los Air Max como un símbolo de relación padre e hijo y un símbolo de amor.
Oye, que buena historia, la verdad me inspiró a comprarme unos «air max» como los tuyos, de hecho ya le empecé a ahorrar.
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