Por: Alexis del Río.
Para todos los entusiastas que sumamos un poco a esta cultura ascendiente, seguramente hemos de tener bastantes historias por contar. Así que en lo personal, una a la que le guardo gran valor, parte desde una práctica internacional que realice por motivo de mis estudios universitarios.
Sin duda una época que aproveché con todas sus horas, primero tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Washington donde dada mi carrera recorrí muchos organismos de interés internacional como la Casa Blanca, el Fondo Monetario Internacional, la Casa de Cultura de México en Estados Unidos, estaba claro que me llenaba profesionalmente, pero yo creo que cada uno de los amigos inmersos en este medio sabrán que cuando llegan a un nuevo spot donde los tenis son de un acceso mucho más fácil, llevamos la vista fija en poder adquirir más de un par, incluso ahorramos mucho tiempo con la esperanza de tener un santo grial entre nuestras manos.
Así fue que durante mi estadía en la ciudad visite una de las zonas más exclusivas de todo Washington, «Georgetown Harbor». Una zona cosmopolita que para mi sorpresa contaba con una tienda Nike de 3 pisos, con una extensión en metros cuadrados en la que pocas veces invierte una marca. Dentro del edificio, justo al subir a la última planta, se encontraba uno de los sets de Jordan «monocromáticos», simplemente maravilloso.
Al final llegué a una sección de puros «Air Force 1», donde encontré el par del que quiero contarles; no dependía del precio o si era limitado, visualmente me impactó, como si fuese un ID hecho por mi persona o una colaboración de la que me hubiese gustado ser partícipe.
Tenía ese «Elephant Print» característico del Jordan 3 pero en color dorado sobre negro intenso lo cual me hizo desearle al instante. Lo tomé y simplemente pasé a la caja a pagar.
Me fui de regreso al hotel donde me alojaba y aunque compre algunos otros pares en el camino yo estaba fascinado con esta silueta icónica aunada a mí combinación de colores favoritos.
Los guardé por mucho tiempo, hasta el «Sneaker Nights» que, si no mal recuerdo, fue organizado por 99 Problems reuniendo a grandes amigos en el evento; Bailamos, disfrutamos del concurso del mejor par, el cual quedó entre un L.A. Gear y un Mastermind de mi amigo Marius, brindamos con una bebida y terminé ensuciándolos en una fiesta donde a pocos conocía y tiempo después terminaron siendo buenos amigos.
Soy fiel creyente que fuera de la valuabilidad con la que calificamos un par de zapatillas, hay cosas externas y ajenas a lo habitual que nos crea un vínculo con una silueta, tal vez una marca, o un estilo y esto nos hace sentir identificados con nuestros amigos. (como muchos hemos dicho, «los de los tenis»)
No hay como disfrutar cada quien a su manera y a sus tiempos, pero yendo en pro de mejorar las condiciones actuales y poniendo a México en la escena global, porque somos conscientes de nuestro potencial.
Un saludo a todos.
Agradecemos mucho a nuestro amigo Alexis (@adrm03) por compartir su historia con nosotros. No dejen de seguir lo que está haciendo con todo el @royalteamsneakers.
Recuerden que todos tenemos una historia con nuestros tenis…
¡Queremos que la compartan con nosotros!
No dejen de enviar sus historias a losdelostenis@gmail.com. Las elegidas estarán recibiendo un regalo especial.
¡Hasta la próxima semana!